Argumentario 39
La ideología está asfixiando las relaciones políticas y sociales.
Cuando la doctrina se apodera del discurso genera inquietud y división.
La conmemoración del triunfo de la democracia contra el golpe del 23-F, con papel estelar de Juan Carlos I al frente de la España de la libertad cuando todo el gobierno y los diputados estaban secuestrados e incomunicados, lejos de ser una celebración festiva fue la excusa para volver a atacar por parte de la izquierda radical y los nacionalistas la España constitucional.
Esta etapa de podemitas e independentistas rodeando a los socialistas está pasando toda decisión por el tamiz de la ideología y la doctrina.
Ni los cien mil fallecidos por coronavirus, ni el paro galopante, ni el incierto futuro próximo ha relajado las proclamas de quienes quieren imponer un modelo a la medida de sus entelequias.
Para ese fin mutan la Constitución con leyes trampa, abren debates que están cerrados y generan desconfianza en las Instituciones.
Hoy los españoles gozamos de una de las democracias más avanzadas del mundo, nuestros sectores productivos han realizado toda la modernización necesaria para ser competitivos después de la crisis de 2008, las infraestructuras son realmente espectaculares y la sociedad del bienestar ha avanzado a límites insospechados hace dos décadas.
Oxigenar la vida cotidiana en España es una necesidad imperiosa para salir airosos en cuanto acaben las alarmas sanitarias.
Si a la vez que acabamos con el covid19, acabamos con la presión ideológica y doctrinaria de la izquierda y los nacionalistas, España puede salir con fuerza para ganar un futuro mejor para todos.
Virus y doctrina hoy asfixian por igual a nuestra sociedad.
Acabar con los contagios y con él adoctrinamiento es el reto más importante de estos instantes.
