Argumentario 211
La izquierda radical, con el escandaloso asentimiento de la izquierda moderada, está poniendo en cuestión que el Estado moderno occidental deba ser la única forma de organización del poder político.
Así vienen desarrollando la teoría del “Estado fallido”, que falla según los radicales no por incapacidad de los gobernantes sino por incapacidad del sistema.
Venezuela es un caso palmario de destrucción del orden constitucional aduciendo el chavismo que el Estado había fallado. Los populistas Iberoamericanos pretenden lo mismo en otros países del área.
En España los radicales ya hablan abiertamente de “Estado fallido”.
Los independentistas catalanes, los filoetarras de Bildu, los comunistas de Podemos iniciaron hace 10 años una ofensiva conjunta contra el estado para demostrar su incapacidad de atender a las reivindicaciones identitarias y a las necesidades sociales.
Zapatero permitió poner en cuestión la idea de nación española. Fue la primera fase de la estrategia radical.
Con Sánchez, los radicales pretenden imponer la idea de que el Estado español es incapaz de atender las necesidades sanitarias, económicas y sociales.
La izquierda radical, en colaboración con los golpistas y los filoetarras, pretende que España sea:
-Una “Nación fallida”.
-Un “Estado fallido”.
España es una nación soberana y tiene un estado moderno capaz de garantizar seguridad, prosperidad y bienestar.
Es la coalición socialcomunista la que está haciendo que España tenga un “Gobierno fallido”.
El Gobierno no está en estas crisis sanitaria ni económica.
El Gobierno es hoy solo un instrumento de propaganda y coacción en manos de Sánchez e Iglesias.
No gobierna. No coordina. Solo desarrolla ideología.
El Estado, pese al Gobierno, está funcionando.
-Hospitales.
-Personas al servicio de la sanidad, de la emergencia, de la seguridad nacionales.
-Las autonomías.
-Los ayuntamientos.
-La sociedad española.
La izquierda radical ataca al Estado, al Rey, a los jueces, a los gobiernos autonómicos que no son afines, al empresario, al medio de comunicación crítico, aprovechando que Sánchez es un presidente débil.
Sánchez preside un “Gobierno fallido”.
El Estado democrático y social sigue funcionando.