Argumentario 213
“Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.”
Edmund Burke
Así se acaba con la democracia, golpe a golpe.
El populismo se genera y crece con frases, movilizaciones, pancartas, coacciones, tergiversaciones, manipulaciones, difusión, pero sobre todo por la inacción de quienes tienen la obligación de denunciar con fuerza desde la política, las instituciones y los medios de comunicación las ambiciones e intenciones totalitarias y liberticidas que representan estos movimientos.
La gente normal, que vive sus vidas, que se enfrenta a cada día con esfuerzo, que piensa en sus familias, en su trabajo, en su educación, en que las cosas funcionen, en intentar ser felices, en no hacer daño a nadie, solo desea que sus gobernantes hagan bien su tarea. Que los servicios públicos sean de calidad y que las leyes sirvan al bien común.
Pero también necesitan que ante afrentas contra la Libertad, la convivencia y el bienestar se actúe con determinación y solvencia.
Golpe a golpe el totalitarismo a lomos del PSOE está ganando terreno.
Sánchez ha vendido su presidencia a cambio de que España deje de ser una nación democrática.
El populismo comunista de Podemos, el populismo independentista de los nacionalistas de Cataluña y el populismo violento y filoetarra de Bildu tienen sojuzgado a Sánchez y el trozo de partido socialista que domina.
Golpe a golpe:
-Los golpistas de Cataluña tienen más cerca la rendición del Estado de Derecho con los indultos.
-Los filoetarras van consiguiendo que los asesinos de ETA vayan normalizando su situación como si nada hubiera ocurrido.
-La extrema izquierda va imponiendo su agenda política contra las libertades individuales y colectivas.
-Todos ellos tienen más cerca el fin de la democracia constitucional que se basa en la unidad de España, la separación de poderes, la economía de mercado, la propiedad privada, la Monarquía parlamentaria y la Libertad educativa y religiosa y el derecho de todos a una vida digna.
Bajo el tormento de la pandemia, la crisis económica y la soberbia patológica de Sánchez se están demoliendo los pilares de la prosperidad y el bienestar de los españoles.
Son los socialistas, porque Sánchez es hoy su jefe, y toda la sociedad española, política, económica, institucional y mediática la que debe denunciar en todos los ámbitos lo que está ocurriendo.
Si no es así la derrota de la democracia llegará de improviso. El día menos pensado.
