Argumentario 148
A cada derrota, Sánchez añade más dolor.
Que la apuesta del Gobierno español haya fracasado en el área más sensible hoy, la economía europea para reflotar la española, adelantan más decisiones y declaraciones que generaran desconfianza y desasosiego.
Sánchez es el producto de derrotas encadenadas.
Fue echado a patadas del PSOE.
Ha cosechado los peores resultados de la historia de su partido.
Gobierna con su peor enemigo, que además es el adelantado del totalitarismo.
Se apoya en quienes representan a perseguidos por la justicia por gravísimos delitos.
Un derrotado profesional para el peor momento de España.
Su derrota en Europa es consustancial a su carrera política.
De Nadia Calviño solo sabemos que parece una voz sensata entre políticos ruines y malencarados.
Calviño habla con rigor, pulcritud y serenidad. Da certidumbre.
Sigue la estela de todos los ministros económicos desde el aperturismo español en los años 60.
Es un toque de seriedad entre un grupo de alborotadores.
Es parte de la esperanza hasta que las elecciones se lleven al gobierno de colegas a la historia.
Estabilidad, austeridad, liberalización, bajada de impuestos, lucha contra la inflación, inversiones productivas, apoyo a los sectores más vulnerables a la crisis sanitaria, vuelta a recorrer el mundo para dar confianza a los inversores, eso parece ser que Nadia Calviño, economista del estado y europeísta, está dispuesta a hacer.
Pero Sánchez a cada derrota necesita infringir daño.
Nadia puede ser la antesala de cualquier nueva barbarie. Ya ha empezado por volver a poner en cuestión la Constitución, ahora en la parte de inviolabilidad del monarca.
Esperemos que Europa llegue pronto. Sea consciente de lo que hay aquí. Y el acuerdo sea tan beneficioso para España que impida a Sánchez desarrollar su plan ideológico.
