Argumentario 162
La reunión de la ministra de asuntos exteriores con el responsable británico del Peñón de Gibraltar es escandalosa y humillante.
Escandalosa porque es un paraíso fiscal en territorio nacional.
Humillante porque acepta la interlocución de quien representa al usurpador de la soberanía española sobre el peñón y aguas adyacentes.
Es una constante la obsesión de la izquierda española por normalizar todo aquello que hace daño al sentimiento de nación.
-El coqueteo con los nacionalistas.
-La presunción de legitimidad a los independentistas.
-El hostigamiento a nuestras tradiciones.
-La incapacidad para enarbolar nuestros símbolos.
-La asunción de la leyenda negra.
-El uso de terminologías que rebajan el papel de España en el mundo, y a lo largo de la historia.
-El cuestionamiento de la idea de Nación.
-La inquietante amenaza por destruir lo alcanzado desde la Transición.
-La falta de empatía hacia nuestras instituciones seculares.
-El empequeñecimiento de los logros colectivos.
Gibraltar es, como éstas, otra obsesión.
Restar importancia a la presencia británica en España como pose de intelectualidad y moderación.
Cuando lo que esconde esa actitud es odio hacía la propia Nación e incapacidad para ahormar un discurso de entereza y personalidad.
Las obsesiones de la izquierda española se convierten muchas veces en pensamiento único:
-Es la dictadura de la autocensura.
-Es la falta de libertad para expresar con normalidad el sentido de pertenencia a nuestra propia Nación.