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Argumentario 67
En rugby si un jugador prefiere no pasar la pelota a un compañero ni correr con ella, puede patear la pelota. La patada puede ir hacia adelante pero todos los compañeros del pateador que estén delante de la pelota cuando es pateada están fuera de juego.
Esta es la estrategia Sánchez ante los problemas de verdad y especialmente la ha desarrollado con las crisis sanitaria y económica subsiguiente.
Todo ha sido tirar el problema a meses vista. Los estados de alarma, el mando único, las ayudas a la economía, el acopio de material, las desescaladas, la cogobernanza, el dinero de Europa, los anuncios del fin de la pandemia, el salimos más fuertes, y ahora la vacunación.
Cada comparecencia desde que comenzaron los contagios en masa ha sido para fiar a medios y largos plazos algún hito que luego no se cumple.
En noviembre dijo que la estrategia de vacunación seria única y que se conseguiría que “una parte muy sustancial de la población pueda ser vacunada con todas las garantías en el primer semestre del año”
En enero varió y retrasó al verano la posibilidad de un 70% de la población vacunada.
El martes esta cifra la trasladó a septiembre.
Y en tres días se ha parado la vacunación de una porción importante de la población y, las Comunidades Autónomas comienzan a contactar con posibles suministradores de vacunas de otros países por conductos diferentes al del propio Gobierno.
Sánchez en todo actúa igual. Nunca pactaría con Iglesias y nunca negociaría con Bildu y ERC y toda la legislatura se basa en ese pacto y en esas negociaciones.
Dijo que el Gobierno lideraría toda la estrategia contra la pandemia y en cuanto pudo renunció a estar al frente de las decisiones.
Se comprometió con un plan consensuado con la oposición y los agentes sociales para salir de la crisis y todo quedó en mera proclama.
Prometió irrigar la economía con 200 mil millones y no ha cumplido ni el 30 % de los compromisos.
Aseguró pactar con el PP la renovación del gobierno de los jueces y sigue estancada.
Siempre una patada hacia adelante dejando a propios y extraños fuera de un juego que él diseña y va variando reglas en función de sus intereses.
En pleno desastre por la vacunación fallida y con la más que previsible ruptura de la estrategia única de compra de vacunas en Europa y, también en España, se ha ido de gira africana.
El recurso de salir en los medios para contar cosas que dice ocurrirán en los siguientes meses tiene un límite. Y de hecho las intervenciones del presidente del Gobierno ya no tienen ningún valor. Y eso para un país en medio de la tormenta es realmente grave.
- El futuro inmediato de la inmunización del país depende de las vacunas.
- El futuro inmediato de la grave situación económica de España depende de la inmunización generalizada.
- La vacunación depende de los suministros regulares y en cantidad suficiente.
- El Gobierno no debería hacer hoy otra cosa que estar garantizado la compra y distribución de vacunas seguras.
Esta es en este instante de nuestra historia la única ocupación que le corresponde al presidente y sus ministros. Las leyes ideológicas, los debates absurdos y los discursos de futuro no caben en una España preocupada por una más que posible cuarta ola de contagios.