Argumentario 104
To be, or not to be, that is the question.
William Shakespeare
En marzo de 2020 la UE decidió activar por primera vez la cláusula de exención a los Estados para no tener que cumplir las normas fiscales reguladas por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Los Estados han inyectado desde entonces dinero público para luchar contra la crisis económica fruto de la sanitaria, gracias a no tener que vigilar los límites de déficit público ni del endeudamiento.
La Comisión Europea ha extendido este período de excepcionalidad hasta 2023.
Pero no todo vale, inversión sí, gasto no. Bruselas pide a los países altamente endeudados como España, que lleven una política fiscal prudente en 2022. Esto significa que España, con unas finanzas en fragilidad extrema, ha de mantener controlado el gasto corriente y sobretodo utilizar el dinero europeo del fondo de reconstrucción para poner en marcha inversiones.
En definitiva, las instituciones europeas temen que Sánchez, con la relajación del plan de estabilidad europeo y el dinero que ha de llegar, gaste y no invierta. Haga propaganda y no proyectos. Siga con la demagogia y la ideología y no con un plan de reactivación de la economía y la generación de empleo.
Inversiones si. Gasto no. Es el mensaje directo y claro. El problema es que la coalición gubernamental esta hecha para gastar y no para invertir.
La deuda española afronta un riesgo alto de crecer bruscamente a corto plazo, un 25% del PIB, tanto este año como el que viene.
La Comisión Europea exige, pese a ese repunte, que la deuda pública española vaya decreciendo, habida cuenta que estamos en un alarmante 120% del PIB, el doble que los gobiernos de Aznar y mas de 20 puntos de los de Rajoy.
Y lo exige porque cree en nuestro mercado, en nuestra economía y en nuestras capacidades de generación de empleo y riqueza. El único factor que falla es el político, la incapacidad manifiesta del gobierno y la inestabilidad institucional que llevamos años sufriendo.
El Período de Excepcionalidad y el dinero de Europa para la Reconstruccion son instrumentos de crecimiento si se utilizan desde una óptica de seriedad y eficacia. Pueden ser una catástrofe a mayor abundamiento, si su uso es clientelar, mezquino y cortoplacista.
He ahí la cuestión.