Vuelve el bipartidismo

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Argumentario 96

Después del aldabonazo de Ayuso en Madrid, donde se han juntado fogonazos sociológicos fundamentales para el cambio definitivo de tendencia, España comienza a vivir la situación que vivió con la agonía del último gobierno de Zapatero.

Con un PSOE radicalizado que solo garantizaba más y más gasto, con unas relaciones con EEUU bajo mínimos, una crisis económica que logró un récord histórico de seis millones de parados y los albores del lío catalán. En este panorama Rajoy logró la mayoría absoluta en las elecciones de noviembre de 2011. Diez años después estamos exactamente en aquella situación.

Los españoles ya dan por liquidado el esperpéntico periodo sanchista, que además de su futuro próximo descalabro también se llevará por delante gobiernos locales y autonómicos de su partido.

Todo el amasijo de falsas invectivas que construyeron la moción de censura de mayo de 2018, corrupción, recortes en sanidad y educación, falta de tacto para tratar a los nacionalismos, pérdida de libertades y que auparon a Sánchez a la presidencia del Gobierno no fueron ratificadas en las urnas un año después.

En abril y noviembre de 2019 el PSOE de Sánchez, con un 28% de votos, no logró ganarse la confianza de los tradicionales votantes socialistas y obviamente de la mayoría de la sociedad. Pero contó con un factor decisivo, el centro derecha se dividió hasta en tres formaciones y aún sacando los mismos votos en su suma que en 2011 perdió un tercio de sus escaños.

Con los podemitas en el gobierno y los independentistas en el Parlamento montó una legislatura de trágicas consecuencias económicas, sociales e institucionales.

Pero los enormes destellos de la victoria del PP en Madrid han despertado la conciencia y la convicción en buena parte de la sociedad española. La conciencia de quienes se dan cuenta que el país no puede vivir sumido en el desgobierno y la ideología, y la convicción de que el cambio es posible.

Y ya comienzan a darse en la observación demoscópica los movimientos que acercan la unión del voto del centro derecha y la abstención de la izquierda. Claves para las próximas mayorías absolutas del PP.

Más del 60% de los votantes de Cs ya están en disposición de votar al PP como también entorno al 10% del electorado de Vox.

Además la totalidad de los votantes del PP, y el 90% de votantes de Vox se mantienen fieles a las siglas por las que optaron en 2019.

En la izquierda, además, comienzan los síntomas de hastío hacia sus dirigentes, la abstención comienza a abrirse paso, el 5% de los electores de Podemos, y el 10% de los del
PSOE en las mediciones se desvinculan paulatinamente de su interés por ir a votar.

Esta desmovilización del votante de izquierdas es la otra clave para ir adelantando un vuelco electoral en todo el país y en todos los comicios que se vayan convocando, Andalucía, Generales y Municipales y Autonómicas.

La unión del voto y abstención del adversario dan las mayorías.

El fraccionamiento del voto del PP en el 15 y sobretodo en el 2019 fueron determinantes para la legislatura social comunista.

La reunificación es un hecho al menos por la desaparición de Ciudadanos. Incluso con Vox con representación parlamentaria, como ha ocurrido en Madrid, el centro derecha podría alcanza las victorias electorales.

Se suma a todo ello que el elector de Podemos no ha dicho su última palabra porque lo más lógico es que se vaya contrayendo a los niveles tradicionales del PCE o de Izquierda Unida.

El bipartidismo ha vuelto. Solo hará falta después de las próximas derrotas socialistas que el PSOE vuelva por sus fueros del partido democrático que fue antes de Zapatero y fundamentalmente antes de Sánchez.

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